APLICACIÓN DE LA LEY DE MEDIOS ¡YA!Cuando a fines de 2008 comenzamos a hablar del tema, decíamos que una ley democrática de radiodifusión era sólo el primer paso formal hacia una política comunicacional de inclusión social, y además, que la sanción de una nueva ley debía insertarse en el marco más amplio de una política comunicacional: que contemplara el conjunto de acciones del Estado en relación al sector, el control, regulación y gestión de medios públicos, así como el manejo de la información pública. Si los derechos de información no están suficientemente garantizados por los poderes políticos, está latente un grave peligro: la usurpación de la soberanía popular por la dictadura mediática, que en vez de informar a la opinión pública la modula de acuerdo con sus intereses. Los mecanismos del estado de Derecho, que aún después de años de legítima representación deben posicionarse con obstáculos golpistas (entiéndase por golpista todo aquello que atente contra la libertad que la democracia brinda) tienen que estar garantizados por acciones de Gobierno firmes y por la participación efectiva del pueblo. Llegó el momento de cambiar los roles tantas veces invertidos, los ciudadanos debemos poder ejercer nuestro derecho a la información, derecho que también implica interés por estar objetivamente informados; información que deberá llegar al receptor libre de manipuleos económicamente orientados por quienes, aún hoy, manejan el monopolio de los hechos. - Para que la política deje de ser judicializada debemos raclamar la vigencia de la Ley votada por amplia mayoría en el Congreso. - Para que el pueblo tenga voz y deje de ser mal interpretado en cada editorial de la hegemonía mediática. - Para que quienes opinamos distinto tengamos espacio para manifestarnos. - La libertad de prensa es un derecho. - Para que no nos digan qué pensar, salgamos a defender nuestras ideas. - La democratización de los medios depende de nosotros.
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