lunes, 13 de diciembre de 2010

Nuestro bicentenario, y los derechos humanos



Como decía Manuel Belgrano; “los pueblos pueden ser ignorantes, pero saben bien lo que se les debe”, y nuestra Evita popularizo una fórmula que no por si concisión no deja de ser exacta “Donde hay una necesidad hay un derecho”.

En la historia Argentina se han producido graves violaciones a los derechos humanos en diversos momentos de la historia, algunos lo llaman los cuatro genocidios:

1º Genocidio: La eliminación progresiva de los pueblos originarios (aborígenes), durante casi cuatrocientos años, reconoce hitos muy significativos. Uno de los más importantes es la llamada Campaña del Desierto, donde son aniquilados miles de indígenas. Recién en 1994 se reconocen los derechos de los pueblos originarios a la cultura, a la tierra, a ser educados en la propia lengua y profesar su propia religión (Constitución Nacional art. 75 inc.: 18)

2º Genocidio: La persecución de los trabajadores organizados entre 1870 y 1945. La historia del movimiento obrero se ha escrito con sangre. Dos hitos muy significativos son la Semana Trágica de 1919 y los sucesos de la La Patagonia en 1921

3º Genocidio: Las 30.000 victimas de la represión y terrorismo de estado durante el proceso cívico militar (1976-1983)

4º Genocidio: La desocupación, exclusión social y hambre de nuestro pueblo (1976-2003)



Todo esto, es verdad, pero también; y muy en especial en el gobierno de Juan Domingo Perón, se ha podido revertir, y plasmas con hechos concretos reivindicaciones de los derechos, civiles, políticos, económicos y sociales. Aunque los derechos humanos son conquistas enormemente costosas, pero también enormemente frágiles, como cuenta nuestra historia en 200 años.

Hablar de derechos y situarse en tiempo y espacio no es fácil, la represión de los obreros fue al comienzo menos importante, porque estaban menos organizados; venían de Europa con ideas socialistas y anarquistas. Había que disciplinar a esos extranjeros “revoltosos” y para ello se dictó a comienzos del siglo veinte la Ley de Residencia, entre otras medidas draconianas. La represión al movimiento obrero se fue incrementando según crecía en importancia y poder.

Así, fueron pasando en nuestra historia, represiones, fraudes electorales, “doctrinas de facto”, etc; hasta que el 17 de octubre de 1945, la realidad social profunda emergió constituyendo a los trabajadores en un actor político de primera importancia. Perón catapulto a la presidencia de la República en elecciones libres que ganó sin dificultad. Perón y Evita iniciaron así un nuevo período de predominio popular, cooptando a numerosos dirigentes políticos, sociales y sindicales a intelectuales nacionalistas, socialistas, católicos e yrigoyenistas que vieron en su gobierno la posibilidad de sepultar para siempre el poder de la oligarquía.



La legislación social alcanzó un punto culminante al consagrar los derechos de las clases trabajadoras, obreros y peones rurales. El papel de la mujer fue reconocido en el derecho del voto femenino; la seguridad social; la protección a la niñez y de la ancianidad, la salud pública, la mejora de la vida de los pobres, el acceso a viviendas, vacaciones, y artículos de consumo, la dignificación de los humildes (“los cabecitas negras” o el “Aluvión zoológico” como lo llamaban con desprecio la oligarquía, marcaron jalones insuperables en el reconocimiento de los derechos sociales.



Llegamos así al segundo gran período constitucional argentino: la incorporación del llamado “constitucionalismo social” o derechos de segunda generación. El peronismo fue el realizador de esta etapa. La constitución de 1949 incorporo los derechos sociales en la mas amplia medida, estableció la función social de la economía y la riqueza y prohibió la entrega al capitalismo internacional de los servicios públicos y los recursos naturales. Su lectura todavía hoy llama la atención por lo avanzado de la normativa social que contiene. Su influencia fue determinante para la conformación de una consciencia colectiva, que nunca pudo eliminarse completamente pese a que en las décadas siguientes se ejercieron todo tipo de violencias para borrar estos logros.

Constitución que fue tachada de “despótica” porque consagraba la reelección presidencial y habilito el segundo mandato de Perón, también se impugno entre otras cosas como había sido convocada la Convención constituyente. Los argumentos eran formalistas y leguleyos, y encubrían la verdadera razón de la oposición a la nueva Carta Constitucional: El rechazo a los derechos sociales y a la protección de los recursos naturales, nada mas, ni nada menos compañeros!!!, notablemente los líderes de la oposición “no oligárquica” como socialistas, y radicales se sumaran al coro de oligarcas. Estos últimos tenían razones positivas para oponerse, ofendidos por el reconocimiento de derechos a los pobres, a los que siempre habían considerado seres despreciable, pero….no se comprende o quizás la historia no ha demostrado, que hoy lo podemos entender, que dirigentes populares se prestaron a manejos de los oligarcas y terminaron avalando, con su participación en la convención del año 1957, la derogación de la Constitución del 1949, no se si segados por el odio hacia Perón, o quizás siempre estuvieron de lado de otros intereses que no son el bienestar de nuestro pueblo, la dictadura en 1957 convoco a elecciones para una Convención constituyente, totalmente ilegitima, no solo por su origen y porque tenia como objeto convalidar el ilegal decreto derogatorio sino también porque había proscripción del principal partido político. Se restableció la Constitución liberal de 1853, como si no hubiera habido cambios en el mundo y en nuestro país desde entonces, solo se dio un ligero tilde social con la incorporación de una propuesta radical del articulo catorce bis, el cual sumariamente algunos derechos sociales, un reflejo empalidecido del constitucionalismo social o derechos de segunda generación.



Pero, nuestro pueblo, maravilloso pueblo a resistido, y también ha tenido memoria, por eso cuando

Kirchner afirmó que no llegaba a la Casa Rosada para dejar los ideales en la puerta. Y lo cierto es que cumplió en una medida incluso más amplia de lo esperable, teniendo en cuenta la larga lista de defraudaciones a la expectativa popular que había signado la historia argentina, y su gobierno tomo los Derechos Humanos como política de estado fue la primera vez que se tomo en la historia argentina, como política central de un gobierno


Recuperó algo más importante que la confianza en la política: la autoconfianza del pueblo, el sentido de comunidad y nacionalidad, el orgullo nacional que había sido sistemáticamente atacado por los personeros de la sumisión. Antes de Kirchner era frecuente oir hablar de la Argentina como de una condena impuesta a sus habitantes; los símbolos nacionales eran objeto de menosprecio; el país estaba moralmente de rodillas (“el enemigo parece más grande si se lo mira de rodillas”, decía San Martín), y las ideas autoflagelatorias eran comunes, llegando incluso a afirmarse, por algún trasnochado, que “la única salida era Ezeiza”, o que la economía debía ser manejada por “una comisión de expertos extranjeros”, según propuso un funesto gurú de Wall Street. Kirchner rompió con el pensamiento único impuesto por Washington, el imposibilismo y el pesimismo. Al trabajar sobre la autoestima del pueblo, dio bases morales a un renacer de la conciencia nacional.
Su política exterior latinoamericanista impulsó al MERCOSUR y la alianza estratégica con el Brasil de Lula, la Venezuela de Chávez y la Bolivia de Evo Morales.
La firme negociación con el Fondo Monetario Internacional y con los acreedores privados restableció la capacidad de decisión en materia económica, requisito del ejercicio real del derecho a la autodeterminación de los pueblos. El FMI dejó de ser un factor decisivo a la hora de adoptar medidas económicas y financieras.

Recibió a las Madres de Plaza de Mayo y se abrazó con ellas. Anuló las leyes de impunidad. Recuperó la Justicia al conformar una nueva Corte Suprema independiente. Promovió la lucha por Verdad y Justicia y propició la reanudación de los juicios contra los represores.

Se fue ganando la estimación de los luchadores por los derechos humanos con una serie de gestos que no por simbólicos dejaban de tener importancia. Ordenó retirar los retratos de los dictadores que se exhibían en el Colegio Militar como un desafío a la democracia. Subordinó a las fuerzas armadas. Recuperó la ESMA para la memoria histórica.

Kirchner no reprimió a piqueteros, manifestantes o huelguistas. Respetó el derecho de petición y las libertades democráticas. Otorgó reparaciones a las víctimas de variados atropellos y redignificó a los jubilados.

Sólo el caso irresuelto de Jorge Julio López, que revela imprevisión, quedó como una mancha. Pero ello no desmerece los logros de un gobierno que ha valido a Kirchner, con toda justicia, ser reconocido como el presidente defensor de los Derechos Humanos por excelencia."

Cristina Fernández, continuó con la política de derechos humanos del Presidente Néstor Kirchner (2003-2007), que se había caracterizado por promover la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, impulsadas por el Presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), y los indultos del presidente Carlos Menem (1989-1999) que impidieron juzgar a los autores de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983).

La misma, en general, contó con un abierto apoyo de varias organizaciones de derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas de Plaza de Mayo, e inversamente ha sido objeto de fuertes críticas por parte de las asociaciones que defienden el accionar de las fuerzas armadas durante la dictadura, así como por los principales partidos de oposición.

El 24 de marzo de 2010 la presidenta Fernández anunció que apoyaría a las Abuelas de Plaza de Mayo en caso de que estas decidieran denunciar al Poder Judicial argentino ante tribunales internacionales, debido a las maniobras dilatorias e irregulares en la causa contra Ernestina Herrera de Noble, propietaria del multimedio Clarín, por el presunto secuestro y robo de identidad de dos hijos de desaparecidos a los que haría pasar como hijos, una de las causas más demoradas dentro de las investigaciones relacionadas con el tráfico de bebés en el Proceso de Reorganización Nacional.

Vamos por el camino, nos falta mucho por transitar a llegar minimante al “estado de pleno empleo” y de justicia, pero estamos caminando, no nos olvidemos de los que su destino quedo trunco defendiendo un país mas justo, no nos olvidemos, de hermanos nuestros revolviendo la basura para comer, que duermen en la intemperie, de todos los genocidas militares y civiles que están sueltos y han llevado a nuestro país al infierno del cual todos contribuimos para salir por todo ello celebremos el día de los derechos humanos, por nuestra historia, y por lo mas importante, que es lo que esta por venir.

Memoria- Verdad- Justicia y organización social

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